Del Bloqueo a la Acción: La Transformación Personal

Introducción.

Cuando ingresé al hospital tras vivir una experiencia traumática, fue la primera vez que me dijeron: "Eres una víctima y necesitas ayuda. Estamos aquí para apoyarte". Al principio, me costaba aceptar esa ayuda, pero pronto encontré un espacio valioso en las sesiones grupales. Sin embargo, cuando la trabajadora social que me guiaba renunció, sentí que había quedado a la deriva. Fue entonces cuando llegué a una ONG que transformó mi perspectiva.

En una sesión con mi terapeuta en esa ONG, compartí un sueño: "Algún día quiero estar en un escritorio como el tuyo, ayudando a otras mujeres". Su respuesta fue clara y contundente: "Para ayudar, primero tienes que sanar". Aunque esas palabras me marcaron profundamente, también sentí un leve desencanto, como cuando compartes un sueño y alguien te pone un "pero". Sin embargo, entendí la importancia de ese consejo y decidí que era momento de tomar responsabilidad por mi proceso.

Reconociendo Mi Propósito

He dedicado más de 30 años a la educación, trabajando en diversos roles: profesora, coordinadora académica, rectora y dueña de preescolares. Este recorrido me permitió impactar muchas vidas y acumular experiencias valiosas. Cuando reflexioné sobre mi deseo de ayudar a mujeres que atraviesan situaciones dolorosas, comprendí que la clave no es ser perfecta, sino ser responsable y ética.

Entendí que, aunque todos tenemos heridas, también poseemos herramientas únicas que nos permiten contribuir al bienestar de los demás. Decidí confiar en mis capacidades y, al mismo tiempo, buscar apoyo cuando lo necesitara. Desde entonces, la psicoterapia se ha convertido en un recurso constante en mi vida, no como un último recurso, sino como una herramienta de crecimiento personal.

De La Inmovilización a La Acción

Tomé una decisión clave: transformar mi vida del bloqueo a la acción. Comencé a participar en cursos, talleres y capacitaciones, todo con el objetivo de reencontrarme conmigo misma y mejorar mis habilidades. Fue entonces cuando nació el programa Ser Mujer Consciente, enfocado en acompañar a otras mujeres en sus procesos de sanación y empoderamiento.

La lectura también jugó un papel crucial en mi recuperación. Creé el grupo Lectoras Conscientes, un espacio donde compartir libros que inspiran y transforman. Adicionalmente, comencé a ofrecer sesiones de coaching y consejería espiritual, formándome constantemente para brindar un apoyo responsable y de calidad.

Hoy, estoy convencida de que no necesitamos ser perfectos para ayudar. Lo importante es actuar con responsabilidad, ética y formación adecuada. Mi mensaje para quienes atraviesan situaciones difíciles es claro: elige tomar acción. La felicidad depende de nuestras decisiones, y cada paso que damos hacia nuestro bienestar cuenta.