El Poder de las Emociones en la Conducta Humana: Una Aproximación desde la Inteligencia Emocional

Introducción al vínculo entre emoción y pensamiento

Con frecuencia, se asume que las personas actúan motivadas únicamente por sus pensamientos. Sin embargo, las emociones ejercen una influencia mucho más profunda de lo que comúnmente se cree. Comprender esta interacción resulta clave para explicar muchas de las reacciones humanas más cotidianas. En este contexto, se torna esencial distinguir entre emociones y pensamientos, así como comprender de qué manera ambos componentes se entrelazan para dar origen a la conducta.

Fundamentos teóricos: la tríada cognitiva

Desde la perspectiva de la psicología cognitivo-conductual, se ha formulado un modelo conocido como la tríada cognitiva, compuesta por tres elementos fundamentales: emoción, pensamiento y acción. Esta estructura triangular permite comprender cómo lo que se siente puede influir en lo que se piensa, y cómo esos pensamientos, a su vez, determinan las acciones. No obstante, este proceso también puede operar en sentido inverso: modificar la acción puede repercutir positivamente sobre el estado emocional.

Por ejemplo, una persona que experimenta tristeza puede formular pensamientos negativos como: "No valgo nada" o "Nadie quiere estar conmigo", lo que a menudo conduce al aislamiento. Sin embargo, si esa persona decide actuar de forma diferente —por ejemplo, salir a caminar o mantener una conversación significativa—, puede experimentar una regulación positiva de su estado emocional. Así, se evidencia que al cambiar la acción, también se puede transformar la emoción.

¿Qué son las emociones? Una mirada desde Goleman

De acuerdo con Daniel Goleman, referente fundamental en el campo de la inteligencia emocional, las emociones son respuestas automáticas que emergen frente a estímulos tanto internos como externos. Estas respuestas cumplen funciones adaptativas esenciales para la supervivencia y la regulación social. Por ejemplo, un niño que pierde su juguete favorito experimenta tristeza; quien se encuentra con una araña puede sentir un miedo súbito y aversivo.

Las emociones básicas, identificadas por Goleman, incluyen:

  • Alegría

  • Tristeza

  • Miedo

  • Enojo

  • Asco

  • Sorpresa

Cada una de estas emociones posee una función evolutiva: el miedo actúa como un mecanismo de protección; el enojo brinda energía para enfrentar injusticias; y la tristeza facilita la elaboración de pérdidas.

La función de los pensamientos en la interpretación emocional

En contraposición a las emociones, los pensamientos representan interpretaciones o juicios que el individuo realiza frente a los acontecimientos. Así, ante un mismo estímulo, las respuestas pueden variar significativamente según el procesamiento cognitivo. Por ejemplo, dos niños oyen el mismo trueno estruendoso: uno lo interpreta como algo emocionante, mientras que el otro lo vive con temor. La emoción inicial —la sorpresa— es la misma, pero la valoración cognitiva modifica la experiencia emocional final.

Los pensamientos, por tanto, pueden intensificar o mitigar una emoción. Frente a un error, pensar "Soy un fracaso" puede prolongar la tristeza, mientras que adoptar un pensamiento alternativo como "Fue solo un error; puedo mejorar" favorece la autorregulación emocional.

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